OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR
Siempre resulta una experiencia profundamente emocionante para mí tener en mis manos un libro ilustrado por Sara Morante, y lo ha sido especialmente esta pequeña gran pieza de orfebrería llamada Los Zapatos Rojos (Impedimenta Editorial , 2011).
Aunque el texto pertenece a Hans Christian Andersen, la autoría de estos Zapatos Rojos le pertenece casi en exclusiva a su ilustradora, Sara Morante ya que consigue impregnar de su personalidad el texto al cuál apoya. Es cierto que el cuento es de Andersen pero las imágenes son de una belleza espectacular, tremendamente personales. Parece que en vez de un cuento estemos contemplando una película de Dreyer, hasta la punto sabe recrear ese ambiente nórdico, represivo, severo y supersticioso.
Pero el acierto de Morante consiste no sólo en que sus ilustraciones sirven de perfecto apoyo a la narración, ni siquiera en que siempre sabe dejar su sello personal en todas sus creaciones (por ejemplo, uno de los personajes aparece con una máscara de luchador mexicano y otra con el peinado de Amy Winehouse), sino en poner al descubierto los aspectos siniestros, dolorosos o terroríficos del cuento en cuestión. Los zapatos rojos habla de represión sexual y religiosa, de lo que sucede cuando alguien decide abrir las alas y volar a su antojo. Es una fábula de una moralidad terrible, y Morante sabe expresar tal cosa en los rostros austeros e implacables de los habitantes del pueblo, en sus trajes negros al estilo «Bernarda Alba» e incluso en los pequeños detalles (un pequeño retrato de Lutero aparece en la pared de la casa).
Andersen fue un sujeto que vivió una existencia bastante desgraciada y torturada. Sentimentalmente no fue un hombre con suerte y su escondida homosexualidad siempre fue un problema para él. De hecho, su gran amor fue Harald Scharff, un joven bailarín danés con el que vivió una relación turbulenta y nada feliz. De alguna forma, aunque sus cuentos están inspirados en relatos populares lo cierto es prácticamente se le puede considerar autor de los mismos, ya que en ellos reflejaba sus inquietudes, sentimientos o reflexiones. Los zapatos rojos no es una excepción y en ese sentido Sara Morante ha sabido extraer todo el mundo torturado de Andersen gracias a una ilustraciones impactantes, que no dejan indiferente, que saben llegar a lo más hondo, y en las que están presentes sentimientos terribles que tienen que ver con la culpabilidad, el castigo y la redención.
JOSEPH B MACGREGOR