Opinión de Joseph B Macgregor
Ariel Editorial ha publicado una serie de manuales divulgativos que considero muy aconsejables para aquellos lectores interesados en aprender cosas nuevas, aficionados a las curiosidades o que deseen profundizar en materias tales como historia, ciencia, religión, literatura o historia. Reunidos en dos grandes colecciones (“50 cosas” y “Claves”), cada una de ellas con sus características o peculiaridades en el diseño y la estructura de los capítulos. En esta reseña hablo de dos títulos de la primera colección y otros dos de la segunda que pueden servir como muestra representativa de cada una de ellas.
Los rasgos comunes a los cuatro libros son la amenidad y la capacidad de síntesis. Disciplinas tan áridas a priori como la historia, la religión, la ciencia o la literatura aparecen como mucho más accesibles para el lector poco familiarizado con ellas. De igual modo, para aquellos interesados en curiosidades, hechos asombrosos o insólitos encontraran en estos libros una fuente inagotable de información.
Colección 50 cosas
Los libros de esta colección están divididos en 50 capítulos o entradas. Cada uno de ellos se centra en explicitar una serie de conceptos relacionados con el tema central (Literatura, Religión). Se utiliza un lenguaje accesible y claro, muy ameno.
Todos los capítulos presentan la misma estructura o esquema:
- Título en el cual se expresa la materia sobre la cual trata el capítulo.
- Texto introductorio en negrita.
- Desarrollo o explicación.
- Cuadros de texto resaltado en el cuál se narra alguna anécdota o hecho curioso relacionados con el tema en cuestión.
- Varias citas célebres que tienen que ver con el asunto tratado
- Una línea temporal, en la parte inferior, en el cual se describe la evolución del concepto a lo largo de la historia.
- Resumen final sintetizado en una frase MUY CORTA.
50 cosas que hay saber sobre Literatura de John Sutherland
No se trata de un manual sobre la historia de la Literatura ni sobre sus títulos o autores esenciales. En ese sentido, parece especialmente indicado para reseñistas, blogueros o aficionados a la crítica de libros. También puede resultar interesante para aquellos lectores de revistas literarias interesados en descifrar críticas o reseñas en la que, con frecuencia, aparecen términos o conceptos “extraños” o poco familiares para el común de los mortales. A veces, los profesionales que se dedican a analizar o enjuiciar libros parece que escriben para una élite privilegiada, sin contar con que sus textos pueden interesar a todo tipo de personas.
Esos conceptos son clarificados y explicados en su justa medida. Podemos conocer también los diferentes enfoques, planteamientos o escuelas críticas que existen. Ambos aspectos pueden servir al lector lego en la materia entender mucho mejor las reseñas o críticas pero también para aprender a leer de otro manera los libros, fijándose en detalles que antes podían pasar más desapercibidos.
Personalmente, me ha parecido muy interesante e ilustrativo.
50 cosas que hay saber sobre Religión de Peter Stanford
Al comienzo del manual, Peter Stanford, expone claramente su declaración de intenciones que, por otro lado, el libro cumple a la perfección:
El presente libro quisiera centrarse en lo más esencial para ofrecer una representación ponderada de lo que es y no es la religión, desde su orígenes – a través de la historia, y a lo largo y ancho del mundo- hasta lo que significa en nuestra época […] Si hay un aspecto de la religión que conviene destacar especialmente es que las cosas que tienen en común sus diversas manifestaciones en todo el orbe son muchas más que las cosas que las separan […]. Se concede a cada una de las fes la misma relevancia: de cada una de ellas se expone su historia y sus transformaciones, y se muestra, por una parte, lo más esencial de sus enseñanzas, y por otro, como se aplican a la vida cotidiana.»
Los 50 términos son abordados en cada capítulo de manera justa y equilibrada, con claridad y de manera amena, haciendo relación a la mayoría de las religiones existentes, profundizando lo que significa dicho concepto para cada una de ellas y describiendo tanto aspectos que las separan o diferencian como puntos en común.
Personalmente, es un libro que me ha clarificado muchas cuestiones o dudas al respecto pero que también me ha llevado a la reflexión y a plantearme nuevas preguntas sobre asuntos tales como si fue Dios quien creó al hombre o viceversa, si fue éste quien lo inventó como una necesidad de consuelo o como respuesta a cuestiones de difícil respuesta.
Colección Claves
Esta colección incluye libros de divulgación en los que se recopilan anécdotas increíbles, sucesos curiosos, insólitos o desconocidos para la mayoría de las personas. Se caracterizan por tanto por la brevedad de las entradas, la amenidad de los textos y la capacidad de instruir de manera entretenida.
Los dos libros reseñados aunque poseen un diseño diferente sí que se estructuran de modo similar: entradas explicativas reunidas por etapas históricas.
Historia de la ciencia sin los trozos aburridos (Curiosidades y locos experimentos) de Ian Crofton
En la introducción del libro, Ian Crofton nos expone muy claramente los asuntos a tratar en Historia de la ciencia sin los trozos aburridos:
“El objetivo de este volumen no es tanto instruir e iluminar como paseas por los caminos apartados y poco transitados de la historia de la ciencia. Uno se encuentra con todo tipo de personajes pintorescos: excéntricos, monstruoso, charlatanes, bromistas e impostores, por no mencionar una plétora de experimentos locos, de anticipaciones asombrosas de acontecimientos futuros, ideas delirantes y especulaciones absurdas. Los anales de la ciencia están repletos de teorías, que deben más a un profundo deseo del proponente, a razonamientos falsos, al fanatismo, al prejuicio y a la pura credulidad que a las pruebas empíricas.”
No sólo me ha parecido un manual muy interesante e instructivo sino también muy divertido ya que cuenta muchas anécdotas inauditas – sobre todo las que hacen relación a insólitos experimentos en los que es el propio experimentador objeto de estudio o experimentación – e increíbles que con frecuencia provocan la sonrisa o la carcajada en el lector inevitablemente.
Historia del mundo con los trozos más codiciados de Fernando Garcés Blázquez
¿Cuáles son los trozos más codiciados de la Historia del Mundo? ¿Qué significado le da el autor al término “codiciado”?. En la introducción del libro, Fernando García Blázquez aclara ambas cuestiones:
“Son trozos que nos hacen arder y, en vano, intentamos apagar mediante la reprobación moral. A lo largo de la historia, estos trozos han recibido diversos nombres. Hoy en día los llamamos marcas (brands, en inglés) […] En algunos casos, estas marcas, o brands, han llegado a convertirse en algo tan cotidiano que hemos perdido la revolución que supusieron en su época. Por ejemplo, hoy en día nadie valora las naranjas como un lujo. Sin embargo, en el siglo XIII, constituyeron un placer al alcance de muy pocos, […] En este libro, sin embargo, hemos querido recordar, por igual, los objetos que hoy son objeto de codicia y los que los fueron.”
De ese modo, el autor ha reunido cronológicamente una serie de entradas o artículos que ofrecen a los lectores una panorámica general y lo más completa posible sobre aquellos productos que podían ser más codiciados en un periodo histórico determinado. De igual modo, al final de cada bloque añade una serie de listas (El Time-Forbes de…) en las que incluye a los diez personajes más representativos de la época abordada en dicha sección; por ejemplo en el Time-Forbes de la Antigüedad estarían Adán y Eva, Moisés, Amenhotep III, El Rey Midas, Confucio, Creso, Protágoras de Abdera, el emperador Quin Shihuang, Julio Cesar y Cleopatra VII. De cada uno de ellos, se ofrece una personal semblanza biográfica, explicando por qué ha sido incluido en la lista.
En este caso, es un libro más curioso que divertido, pero bastante interesante e instructivo ya que cada una de las entradas incluidas aportan una información insólita y, en muchos casos, asombrosa; desconocida para la mayoría de los lectores.
JOSEPH B MACGREGOR