OPINIÓN DE JOSEPH B MACGREGOR
En la Ciudad Oscura es una novela de ciencia-ficción, ambientada en un Madrid del futuro, no demasiado diferente al actual en cuánto al diseño de la ciudad, medios de transporte o usos y costumbres. Nos encontramos en un Madrid con problemas de violencia, delincuencia, racismo o tráfico de drogas y de discos de programas de realidad virtual e invadida por un extraño virus que está diezmando gradualmente a gran parte de la población. Los ciudadanos están sometidos a un gran control gubernamental a través de implantes electrónicos, introducidos en la cabeza y que funcionan a modo de radar. En este ambiente, desarrollan su labor una pareja de policías, especialistas en escaquearse de los conflictos y que protagonizan una compleja peripecia. En ese sentido, la narración entronca más con la novela negra de toda la vida que con la Ciencia-Ficción al uso.
Films como Días Extraños, 1997: Rescate en Nueva York o Blade Runner serán inmediatamente evocados por cinéfilos familiarizados o fanáticos de este tipo de películas y autores como Philip K. Dick o William Gibson, por lectores aficionados a las novelas de ciencia-ficición contemporánea. Se evidencia por parte de Ángel Torres Quesada su gran amor al género en cuestión y su profundo conocimiento del tema, por lo que su novela funciona como una suerte de homenaje a ese tipo de historias en lo que lo policíaco y la ciencia-ficción caminaban de la mano, en mundos no demasiado diferentes al nuestro. Aquí no encontraremos guerras de galaxias ni naves que recorren el espacio tripuladas por hombres vestidos con esquijamas en tonos pastel sino una manera entretenida de reflexionar sobre el mundo que nos rodea.
Para dar una mayor hondura y profundidad a sus personajes, Ángel Torres Quesada emplea demasiado tiempo en narrarnos los problemas sentimentales o los dramas personales de estos; en ese sentido, me parece una opción válida y eficaz pero por otro lado distrae un poco la atención del thriller que forma el corpus central, y pienso que más importante y motivador, de la novela. Por otro lado, el lenguaje que se maneja a lo largo de la narración es duro, bronco, áspero y agresivo, tal como lo son los personajes principales y el mundo en el que viven.
Como novela policíaca cumple con todos los requisitos y por eso me parece escrita con gran rigor. Sin embargo, también es cierto que el exceso de influencias provoca que los elementos más o menos originales, que también aparecen, queden un tanto apagados ya que lo que más brilla o lo que más atrae es aquello que resulta más reconocible por el lector y que, curiosamente, no siempre es lo más novedoso.
JOSEPH B MACGREGOR